Para el 30 aniversario del renacimiento de nuestro Partido

Llamamiento de G.A. Ziugánov, Presidente del CC del PCFR a los ciudadanos de Rusia, los comunistas y partidarios del PCFR 

¡Queridos camaradas! ¡Compañeros de lucha y amigos!

Acabamos de conmemorar el 100 aniversario de la formación de la URSS. Hoy, los comunistas rusos conmemoran una fecha muy importante. Nuestro partido cumple 30 años.

En 1991, la camarilla traidora tomó la decisión de saquear la propiedad de todo el pueblo y liquidar la gran herencia soviética. Para que nadie le molestara se publicó el decreto de la ilegalización del Partido Comunista. Nuestras estructuras partidistas fueron disueltas, los trabajadores profesionales fueron despedidos, y los bienes fueron secuestrados. Los usurpadores del poder se apresuraban a destruir la organización de la clase obrera y el campesinado trabajador.

El aquelarre de las fuerzas reaccionarias abrió el paso al crimen principal del Siglo XX, es decir, a la desintegración de la URSS. En diciembre de aquel año, se cometió la traición de Judas en el Parque Nacional de Bielovezhski. A los traidores no les preocupó la bajeza de sus acciones. Pisotearon la memoria de los creadores de la sociedad nueva, la memoria de los luchadores heroicos contra el fascismo. La memoria de las hazañas de quienes levantaron nuestra Patria hacia las cumbres cósmicas y la hizo verdaderamente grande. El pueblo trabajador fue saqueado, le entregaron a las manos de los criminales, lo sumieron en la pauperización y la falta de espíritu.

Silenciar y resignarse fue infame e imposible. Recordamos muy bien que nacimos en una tierra hermosa y heroica. La tierra para amar. Desde los años más tiernos nos convencían de ello la mirada cariñosa y las manos fuertes del padre y la palabra afable de la primera maestra. Crecíamos y nos hacíamos más fuertes. Íbamos conociendo el mundo. Nos convencíamos de la idea que vale la pena construir, combatir y triunfar en aras de la Patria.

Clases de la historia nos enseñaban soñar con la justicia, luchar por la verdad, no reconciliarse con el mal. Crecíamos capaces de hacer concesiones pero no rendirse; retroceder pero no traicionar; perder pero aumentar más fuerzas y lanzarse al combate por la dignidad humana, por el sudor del pueblo trabajador, por el derecho de hacer un mundo  más justo, honesto y hermoso.

Los maestros sabios y la misma verdad de la vida nos convirtieron en comunistas. Al caminar hacia el adelante, aprendíamos mas hondamente el marxismo, nos convencíamos de la justeza de los bolcheviques y el genio de Lenin. Traicionar a la Patria Soviética significaba para nosotros rechazar los más claro y sagrado.

Los comunistas no se reconciliaron con la ilegalización del partido y seguían luchando. Trabajaron en las colectividades. Lucharon en las calles. Editaban periódicos y octavillas. Sumaron sus esfuerzos a los de los veteranos y los jóvenes, de los genuinos patriotas. Las esperanzas de los traidores de anular la justicia no se hicieron realidad.

Estamos confiando firmemente que el juicio de la Historia será severo y justo, pues evaluará altamente el camino de nuestro partido,  su rol en el destino de la Patria, en la defensa de los trabajadores y la conservación del pueblo.

En el período de la orgía de Yeltsyn nos pusimos a defender la honestidad de los comunistas, por su derecho de defender los ideales bajo la bandera roja. A través del el proceso judicial en el Tribunal Constitucional defendimos nuestra ideología y los valores más preciados del pueblo frente de las prohibiciones y persecuciones directas. No permitimos inhabilitar  a millones de comunistas y su encarcelamiento en las mazmorras por su disidencia. Conservamos la base para luchar por los derechos políticos, sociales y económicos de los trabajadores, para conquistar las mentes y corazones de los compatriotas.

Luego de una insólita traición, pasando por procesos judiciales, defendimos el derecho a restaurar nuestro partido. Empezó un trabajo arduo a nivel nacional. El 13 y 14 de febrero de 1993, se celebró el congreso constituyente de recuperación del partido. Sus delegados promulgaron unánimemente: ¡el Partido Comunista de la Federación de Rusia vuelve a la lucha!

Al recuperar nuestra organización y con el apoyo sobre las masas populares no  permitimos acorralar en la vida política a nuestro partido. Lo convertimos en un partido más fuerte de la época postsoviética. Formamos la Unión de los Partidos Comunistas. Fortalecimos nuestras relaciones con todas las fuerzas progresistas del planeta.

El PCFR definió con precisión las áreas de cada etapa de la lucha por el poder y una vida digna de los ciudadanos. Mirando más allá del horizonte, analizamos la dinámica de la crisis cada vez más aguda del capitalismo, evaluamos las nuevas amenazas para nuestro país, sopesamos nuestras posibilidades e íbamos a combatir.

Dotamos a nuestros partidarios del producto intelectual avanzado, del programa de renacimiento y desarrollo del país. Recibimos el apoyo de los científicos y los prácticos en el Foro económico de Oriol. Exigimos poner freno a los oligarcas y traspasar los recursos naturales nacionales al pueblo. Les explicamos a los ciudadanos una evaluación de principio de los acontecimientos trascendentales. Iniciamos el proceso de destitución de Yeltsin. Publicamos los nombres y apellidos de los culpables de los crímenes contra el país y el pueblo. Luchamos por los derechos de los ciudadanos en las calles por las elecciones honestas y el triunfo de la democracia.

Durante todos estos 30 años, los comunistas marchaban a la vanguardia de la lucha de los trabajadores contra las reformas destructivas, la pauperización de los campesinos y obreros, los veteranos y los jóvenes. Combatimos contra la “monetización de los privilegios”, el alza de los precios y tarifas, contra la “reforma de pensiones” de rapiña. Defendimos la Academia de Ciencias de Rusia. Protestamos contra la humillación de los defensores de la Patria y el pogromo en las Fuerzas Armadas. Luchamos firmemente por el renacimiento del KOMSOMOL y la Organización de Pioneros. 

Una amplia experiencia de la creatividad enriqueció nuestra práctica política y administrativa. El gobierno de centro izquierda de Primakov – Masliukov-Gueraschenko salvó al país del precipicio luego del default. Mostró las perspectivas de nuestros enfoques programáticos. Las experiencias administrativas de los comunistas en Novosibirsk, en las provincias de Irkutsk, Oriol, Ulianovsk, en la República de Jakasia es una importantísima condición de formación del Gobierno de confianza popular.

Durante todos estos años apoyamos y conservamos las empresas colectivas, mostramos sus experiencias. Las empresas populares se hicieron los mejores ejemplos de un trabajo honesto, eficaz y con optimismo social. Sus éxitos es el resultado directo de la unión entre el talento de los organizadores y las nuevas tecnologías, de la disciplina consciente y la preocupación por los trabajadores y sus familias.

El PCFR se puso firmemente a la defensa de la seguridad y la soberanía de Rusia. En la contienda contra la máquina del Estado oligárquico no permitimos la venta definitiva de Rusia. Nuestra persistencia ayudó a preservar los complejos espacial-coheteril y la aeronáutica. No permitimos crear la base de la OTAN en las cercanías de Ulianovsk y la realización de los entrenamientos conjuntos con los militaristas norteamericanos en la provincia de Arzamas. Nos pusimos firmemente a la defensa de nuestros amigos y la justicia histórica en Ucrania y Bielorrusia, en el Caucazo y Crimea, en Donetsk y Lugansk. Más de 100 convoyes humanitarios los dirigimos para ayudar a los habitantes de la Nueva Rusia.             

Nuestro partido se levantó a la lucha contra el salvajismo del antisovietismo y rusofobia, contra los intentos  de denigrar las grandes conquistas de la Patria socialista. Como pupila de nuestros propios ojos conservamos el “gen rojo”, cuidamos los valores de la camaradería y el colectivismo. Una gran espiritualidad y la continuidad histórica. Luchamos por devolver a Stalingrado su nombre orgulloso. Por la conservación de la imagen histórica de la Plaza Roja.

Todos estos años, el PCFR libró el combate por la salvación de la escuela, por la conservación de la gran herencia cultural. Hoy también hacemos frente a los antisoviéticos agresivos, rusofobos cínicos, nacionalistas demenciales y cosmopolitas astutos. Patriotismo e internacionalismo para nosotros son inseparables.

Se ha transitado un largo camino de derrotas y victorias, pérdidas y esperanzas. Hubo casos cuando alguien no resistió el chantaje y tentaciones, noticias falsas de los “matones” informativos, arbitrariedad policíaca y persecuciones judiciales.  Pero el partido marchó adelante, se templaba y se enriquecía con la experiencia de la lucha de clases. El PCFR admitía a sus filas a las nuevas generaciones de los comunistas, les educaba, les confiaba los frentes y puestos de la mayor responsabilidad.

Por delante nos esperan nuevas tareas, duras pruebas y amplios horizontes. No bajaremos las manos y no retrocederemos en la lucha. Junto con los amigos y aliados continuamos la gran batalla por nuestra patria socialista, la gran potencia del bien, justicia y progreso.

Pero por este camino espinoso no marchamos guiados por una obstinación vacía y nostalgia por los tiempos anteriores.

Confiamos firmemente en la justeza de nuestra causa.

Sabemos que al recorrer un largo camino de sufrimientos y tormentos la Humanidad merece el derecho a un futuro mejor.

Comprendemos bien que la tiranía del capital se prepara para una contienda decisiva para eternizar su dominio. No podemos aceptarlo de ninguna forma.

Nosotros, los comunistas afirmamos que existe solamente un remedio para neutralizar los planes de la creación de un campo de concentración. ¡En aras de ello tenemos que asegurar la victoria del socialismo!

¡Por ello seguiremos luchando de una forma consecuente y decidida!

Nuestra misión es expresar el dolor y los anhelos del pueblo trabajador, sus aspiraciones y esperanzas, su voluntad y derecho a una vida digna y feliz.

¡Y en aras de ello seguiremos portando orgullosamente la Bandera Roja de la Victoria, bandera de la Verdad y la Justicia!

¡Queridos camaradas! ¡Miembros del partido! ¡Correligionarios!

¡Nuestra lucha sagrada continúa! En los días del 30 aniversario de renacimiento del partido, nosotros, los comunistas, expresamos firmemente: ¡Lo haremos todo para romper las cadenas de la opresión, afirmar el poder de los trabajadores y los ideales de amistad de los pueblos!

¡El socialismo triunfará!